- Baita sustos, brasileños, entrem cá. Garantizo baita sustos e también leio sus manos... dos servicios en una sola casa... la gran mansión de los asombros, entrem cá! Grupos ganham empanadas al final de la sesión, aproveitem.
Valha-me Dios, como está fraco o movimiento hoy.
Es triste ninguém querer ser assustado ou tener las manos lidas, antes las personas deixavam-se seducir fácil por atraciones así. E mira que cobro um pesito de nada, valha-me Dios. Mas pensando bien, Gersina, se estivesse aqui a passeo ia gastar su plata nesse programa estúpido? Dicem que en Brasil são más comuns os trens fantasmas e La Monga, um juego de espelhos que cambia mulher em gorila. Se um desses brasileños me levasse embora, ia vivir virando Monga de quermesse em quermesse, en la provincia de San Pablo, Minas Generales, quien sabe Marañon. Dá para entrar trinta de una vez para testemunhar la espectacular transformación. A cinqüenta centavos por persona, quanto dinero iria juntar no fim do mês?
Ih, lá vem a vagabunda dançarina del tango a encojar otro hombre acompanhado e tirar foto de recuerdo de Caminito. Está é deseosa de levar unos tabefes da esposa del bofe, com essas piernas e más alguna cosa de fora. A encoxada é certa, incerto es la plata pela dançadinha con el turista e pelo retrato. Entre não ganar nada lá e aqui, prefiro ficar aqui mismo. Mira, que tonto esse hombre agora. Parece borracho. Dejó cair metade do alfajor com o encontrón que o Rey de los Cueros deu nele, já empurrando o coitadito adentro da loja. Cuero, ainda vá lá. Mas salir carregado de traquitanas de Gardel y postales del Obelisco, ora por favor. Tonterias...
Que venga um hombre rico, em terno verde de dólares, querer um susto caprichado o um destino encantado en las cartas dessa vieja decadente. Venga, brasileño abonado, com sus niños, sentir o frio en la espinha com los objetos que se movem misteriosamente, os ojos de los retratos que acompanham los visitantes. Es la última mansión de los asombros que se preza, em toda a Capital Federal. Temos aqui la exclusiva Evita que se levanta del ataúd e faz um playback bonito de “Don’t cry for me, Argentina”. Está frío e o aluguel es caro, el gobierno manipula a inflación, há desvalidos de Mendoza dormindo debajo das colunas do Banco de la Nación, vivendo de vino barato e pão amanhecido. Donde está la gloriosa Argentina? Solamente en los antiquários de Santelmo? No, no, soy contra esse estado de cosas.
Precisam de balconista em una libreria na Corrientes, vi num clasificado del Clarin de ontem. Em meio a libros, mejor que manos lidas e sustos que no atemorizam nem perros desmamados. Bastam los sustos reales de la vida, quem há de querer más, sustos forjados no tienen efecto.
Si, puedo vê-la agora, Evita, não chorando por la pátria, mas por mi miséria, compadecida. Evita de verdad, musa del pueblo. No la falsa Evita, essa do ataúd de la mansión de los asombros, pero la redentora, la verdadera. E te levaria à Recoleta de hoy, donde dormes há décadas. E después te entregaria a Perón, defunto ressurgido, en la catedral metropolitana, para nuevas e eternas núpcias. Perdona mi portuñol casi incompreensível, é de tanto hablar con brasileños, são casi tantos quantos los argentinos por Montserrat y Palermo, batendo piernas por Cale Florida, os más espertos e os que são ludibriados, comprando casacos y carnes do Rio Grande del Sur pensando serem de cá. Valha-me Dios! Entonces la gran mansión de los asombros resistirá, como resistem las madres de mayo. Como resiste tu e tus encantos, na gloriosa Argentina, que chora até hoy por ti.
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