OPINIÃO
Raízes do socialismo bolivariano
PAULO GUEDES
"Simón Bolívar nasceu em Caracas em 24 de julho de 1783, filho de uma família da nobreza crioula da Venezuela. De acordo com os costumes dos americanos ricos da época, foi mandado para a Europa aos 14 anos de idade. Esteve presente na coroação de Napoleão Bonaparte como imperador, em 1804."
Tenho simpatia pela figura histórica de Simón Bolívar, o Libertador. Compreendo a impaciência de Hugo Chávez com uma elite política corrupta, incompetente e sem consideração pela miséria dos povos latino-americanos. Compreendo também sua solidariedade com os países vizinhos. Mas temo que o socialismo bolivariano se torne mais uma tragédia de reengenharia social para o círculo de influência chavista. E também uma guerra expiatória desse fracasso contra países que não aderirem, como a Colômbia.
Prossegue o biógrafo: "No comando de Puerto Cabello, a mais sólida fortaleza da Venezuela, Bolívar dispunha de uma guarnição numerosa e grande quantidade de munição. Mas, quando os prisioneiros espanhóis se rebelaram, apesar de desarmados, Bolívar partiu precipitadamente durante a noite com seus oficiais. Ao tomar conhecimento da fuga de seu comandante, a guarnição retirou-se do local. A balança pendeu em favor da Espanha, obrigando o general Miranda, comandante supremo das forças insurgentes, a assinar o Tratado de La Victoria, devolvendo a Venezuela ao controle espanhol. Miranda tentaria embarcar em La Guaira num navio inglês, mas foi convencido por Bolívar a ficar pelo menos uma noite no local. Às 2 horas da madrugada, com Bolívar à frente, soldados armados apoderaram-se da espada e da pistola de Miranda e lhe ordenaram que se levantasse e se vestisse. Puseram-no a ferro e o entregaram aos espanhóis. Despachado para Cádiz, na Espanha, Miranda morreu acorrentado, após alguns anos de cativeiro."
"Em direção a Valência, Bolívar deparou com o general espanhol Morales à frente de 200 soldados e cem milicianos. Ao ver dispersada sua guarda, Bolívar fez meia-volta com seu cavalo, fugiu a toda velocidade, passou por um vilarejo num galope desabalado, chegou à baía próxima e embarcou, ordenando a toda a esquadra que o seguisse e deixando seus companheiros em terra privados de qualquer auxílio. Piar, homem de cor, general conquistador das Guianas, que ameaçara levar Bolívar à corte marcial por deserção e covardia, não poupava de ironias o 'Napoleão das Retiradas'. Bolívar aprovou um plano para se livrar dele. Sob falsas acusações de ter conspirado contra brancos, planejado um atentado contra Bolívar e aspirado ao poder supremo, Piar foi levado a julgamento por um conselho de guerra, condenado à morte e fuzilado em 16 de outubro de 1817."
Seu biógrafo, Karl Marx, admitiu numa carta a Engels que "seria ultrapassar todos os limites querer apresentar como um novo Napoleão o mais covarde, brutal e miserável dos canalhas".
Texto publicado no Globo de hoje.
Resposta da Embajada:
SOBRE BOLÌVAR E MARX: UM ATO DE JUSTIÇA HISTÓRICA
Para hablar con franqueza, hay cosas que cansan. Agota, por ejemplo, la absoluta ausencia ética derivada del odio visceral sobre lo diferente, lo distinto, lo distinguido. Y agota porque si la crítica de intención destructiva que genera el odio fuera más bien análisis objetivo, con sustento en la realidad, pudiera establecerse un proceso de intercambio de opiniones que contribuya a la articulación o a la aproximación de la verdad histórica, política, social (no digo a la verdad económica, porque la economía se rige por parámetros tan objetuales que no necesita ni reclama aproximación alguna a la verdad).
No obstante, siendo que la manipulación ideológica prima sobre aquellos intentos críticos motivados por el odio a lo diferente, lo único que surge de éstos es la tergiversación de la realidad, el insulto a la inteligencia humana, la violencia conceptual y la subjetividad mal intencionada.
Predicciones sombrías, descalificaciones apriorísticas, arengas catastróficas, señalamientos infundados o fundados en la mentira, son el resultado de las opiniones que se sustentan en la ausencia de ética al momento de asumir un espacio para la defensa o el enaltecimiento de las ideas que constituyen el bagaje de intereses sociopolíticos, culturales y económicos de cada quien.
El mundo libre garantiza la posibilidad de expresar con profusa abertura, sin cortapisas, sin coerciones, nuestras ideas y querencias. Y el mundo libre también permite que esto sea hecho de manera sustentada, objetiva, con base en comparaciones que pueden apoyarse en el análisis complementario, en la pluralidad ideológica y en la diversidad histórica y cultural. El mundo libre está cerca de la perfección gracias a esto y por ello resulta inentendible –y agotador- el empleo de recursos que se alejan o desconocen estas posibilidades.
Es obvio que quien se aleja de estos recursos, quien emplea mecanismos antiéticos, quien echa mano de la mentira y la tergiversación de los hechos, para construir matrices de opinión en contra o a favor de intereses exclusivos, atenta contra las virtudes y ventajas del mundo libre y, al mismo tiempo, irrespeta la dignidad humana. Es obvio que quien hace esto sabe que sus acciones generan confusión, violencia ideológica, y de allí devienen las ideas matizadas por los ismos más desagradables y peligrosos que ha creado la sociedad elitista: clasismo, racismo, apriorismo.
Lamentablemente hemos sido testigos de la repetición de estas posiciones antiéticas y de tendencia negativa en un reciente artículo publicado en el Diario O Globo, bajo el título Raíces del Socialismo Bolivariano.
El autor del texto, Paulo Guedes, con escaso respeto por la verdad histórica y, en consecuencia, por sus lectores, pretende nutrir las posiciones de conflicto frente al proceso revolucionario venezolano mediante una práctica poco honesta: la de la desacreditación de la imagen del Libertador Simón Bolívar. Lo triste es que Guedes pretenda hacer esto mediante la manipulación de la capacidad de arbitrio del lector y la burla a su dignidad cultural, al echar mano de un texto reconocidamente inconsistente, caprichoso y carente de fuentes objetivas, además de anti-suramericano.
Al usar esta fuente, el propio artículo de Paulo Guedes se torna parcial e insostenible. Guedes cita con profusión pasajes de su fuente, la biografía sobre Bolívar escrita por Carlos Marx en 1857.
Lo que Guedes no revela son las motivaciones impulsadas por el alto grado de prejuicio contra la sociedad americana, que se articulaba en el pensamiento marxista desde su asunción de las ideas hegelianas de los pueblos sin historia.
Desde esta perspectiva ideológica es fácil comprender la noción marxista del proceso de independencia suramericano y su prejuicio contra varios de los articuladores del mismo, especialmente de aquellos que habían tomado posición contra el eurocentrismo imperante en la época para intentar la fundación de un sistema ideológico autóctono. No en balde vemos como Marx repite loas a la presencia y acción de tropas y personajes de origen europeo, o vinculados al eurocentrismo, en su texto, tal como aquel pasaje donde asegura que “la conquista de Nueva Granada no se le debe a Bolívar y a las tropas patriotas, sino a las tropas extranjeras, compuestas fundamentalmente por ingleses”.
Desde nuestra perspectiva podemos reconocer el valor de las tropas, de los soldados y los oficiales extranjeros, en el proceso independentista venezolano y suramericano, como lo hemos hecho, por ejemplo, con el Gran Pernambucano General José Inácio de Abreu y Lima, o como lo hacemos con los veteranos ingleses e irlandeses que acompañaron al ejército libertador en la batalla del 12 de mayo de 1819, por la libertad de Nueva Granada.
Desde nuestra visión de la realidad histórica, libre de vileza, fortalecida por el sentimiento de respeto a nuestra identidad suramericana y por la idea de unión de nuestros pueblos, otorgamos el peso que merece la sangre derramada por aquellos compañeros libertarios y revolucionarios integrantes del Ejército Libertador que vinieron de otras latitudes del Continente americano y de Europa, y por ello hacemos el esfuerzo por explicar también los condicionamientos que condujeron aquella biografía escrita por Marx, la dimensión eurocéntrica de su pensamiento, la influencia hegeliana y la noción imperial dominadora de la época, que obstaculizaron la comprensión marxista sobre un proceso emancipador, al punto de que Marx achaca al ejército patriota una condición conquistadora, cuando en realidad fue libertaria.
Claro, en la lógica marxista de la época no cabía sino esta visión del ejercicio bélico militarista, por eso habla de la “conquista de Nueva Granada” y no de la liberación de las fuerzas imperiales españolas. Lástima para ustedes, lectores, que el señor Guedes no se muestre capaz de hacer ese análisis contextual.
De igual manera, el autor de Raíces del Socialismo Bolivariano obvia documentos tan importantes para el análisis de esta posición de Carlos Marx frente a Bolívar como aquel del sacerdote jesuita M. Aguirre Elorriaga a propósito de polémica suscitada, a mediados de 1941, por la edición rusa de la Nueva Historia de los países coloniales y dependientes, donde un grupo de líderes políticos y escritores rusos asumen la defensa de la biografía escrita por Marx sobre Bolívar.
Aguirre Elorriaga dice “La Nueva historia de los países coloniales es una obra sectaria, redactada con una miopía clasista, con una visión absolutamente chata y adulterada de los acontecimientos históricos”. Y este sacerdote jesuita continúa su análisis para ubicar en el contexto histórico e ideológico de la época las razones que impulsaron –de manera lógica entonces- la posición antibolivariana de Marx y de los comunistas rusos que lo siguieron: “Si todo lo español y criollo es malo, si todo lo negro y todo lo indio es bueno, si toda revuelta popular es loable y toda iniciativa de los ricos terratenientes es necesariamente mala, es consecuencia lógica que Bolívar fue un hombre detestable.”
Como vemos, desde la perspectiva católica, la posición de Marx y los comunistas que intentaron desacreditar a Bolívar es comprensible porque, dadas las condiciones de clase y origen social y económico del Libertador, “sería un absurdo que lo comprendieran los profesores comunistas”.
Es lamentable que el señor Paulo Guedes no se haya ocupado en indagar un poco más allá del texto de Marx. Pudo haber hecho un esfuerzo investigativo y llegar hasta esta polémica que involucró a católicos y comunistas, o pudo haber leído también los trabajos de Lallement y De Prat, que otorgan elementos distintos a los de Marx sobre el Libertador.
Es una lástima también que Paulo Guedes oculte realidades contextualizadoras del trabajo de Marx que revelan su verdadera orientación. Por ejemplo el hecho de que esta biografía sobre Bolívar fue rechazada por su propio encomendador, Charles Dana, director del New York Daily Tribune, por considerar que estaba escrita con prejuicio y que –según informa un trabajo investigativo de Carlos M. Ayala Corao, que Guedes obviamente no se ocupó en leer y tal vez ni siquiera en procurar- fue “el propio Marx quien dio noticias a Engels sobre los reparos de Dana contra su artículo sobre Bolívar, porque estaba escrito en un tono prejuiciado y, además, le había exigido más fuentes”.
Sí, el propio solicitante de la biografía sobre Bolívar exigió a su redactor, Carlos Marx, un trabajo objetivo, basado en fuentes diversas que pudieran avalar lo expresado en el trabajo del filósofo alemán, por considerar que la percepción del estado de la sociedad suramericana que se trasmitía, ponía de relieve los errores de mezclar la ideología con la historia.
Otra cosa que se cuida de no exponer el señor Guedes es que en la segunda edición en ruso de las obras de Marx y Engels, datada en 1959, se incluyó por primera vez una severa crítica de las posiciones sostenidas en la biografía de Marx sobre Bolívar. La propia sociedad intelectual alemana de la época realizó un apelo para aprender la historia de los historiadores y sus diversas fuentes objetivas, para evitar reproducir errores históricos como el de Carlos Marx en su biografía rechazada sobre Bolívar.
Por otro lado, Paulo Guedes no informa en su artículo Raíces del Socialismo Bolivariano, que gran parte del mundo marxista contemporáneo coincide en catalogar el artículo de Marx sobre Bolívar como un hecho poco feliz. Juan Marinello, político y escritor cubano que prologa las obras completas del primer difusor en América de este texto de Carlos Marx, el argentino Anibal Ponce, lo califica de “lamentable”, por ejemplo.
Como lo expresa también el periodista argentino Armando De Magdalena –a quien Guedes seguramente tampoco leyó ni procuró-, en su artículo titulado Aníbal Ponce y el Bolívar de Marx, “…muchos se preguntan (quizás por fetichismo, quizás por sana admiración) como el genio de Marx pudo concebir semejante artículo. Otros (los que creen en la infalibilidad de los clásicos marxistas) lo han defendido a ultranza por dogmatismo. El hecho es que el citado artículo ha sido utilizado por los sectores más reaccionarios (sobre todo en nuestro continente), en primer lugar para descalificar al propio Marx, en segundo, para presentar al marxismo como opuesto a los valores, a las tradiciones y al sentir de nuestros pueblos y tercero para demostrar que el marxismo (como en el caso del citado artículo) distorsiona la realidad, la historia, para forzar una visión de lucha irreconciliable de clases como único modo posible de explicar los acontecimientos presentes y pasados.”
Estas palabras de De Magdalena encuadran bien la intención del pensador liberal-derechista Paulo Guedes en su también poco feliz artículo Raíces del Socialismo Bolivariano y por ello tal vez seguir con este análisis sería redundante y además innecesario, porque chocaríamos, hasta agotarnos, contra la inflexibilidad reaccionaria de Guedes y de los dogmáticos seguidores de su objetivo mal fundado.
No obstante, para aquellos lectores que guardan consideración a los valores autóctonos de la cultura suramericana, para aquellos que han asumido la batalla por el rescate de nuestra dignidad como pueblos con una historia propia, grande y particular, para aquellos que no se arrastran a los pies de los intereses imperiales, ofrecemos la posibilidad de acercarse al pensamiento y los hechos bolivarianos a través de la edición en portugués del libro Simón Bolívar, el libertador, patrocinada por la empresa brasileña Odebrecth, que se encuentra disponible en la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en Brasil. Y luego pueden juzgar por ustedes mismos.
Y como agregado final vale indicar que pese a las diferencias ideológicas de origen presentes entre Marx y Bolívar existen también coincidencias esenciales en sus propuestas y posturas sociopolíticas, comenzando por la convicción de que la libertad no se reduce al rompimiento de las cadenas de un yugo determinado, sino que su alcance definitivo está en el poder libertario que debe tener la conciencia de los hombres en particular y de la sociedad en general, hasta llegar a la concepción bolivariana de que la historia es el hombre, es la acción del hombre en tiempos diversos, nutriéndose del pasado de su identidad.
Nosotros creemos fervorosamente en que cualquier expresión de pensamiento, surja donde surja, si es en beneficio de la humanidad, no debe restringirse a fronteras terrestres e ideológicas, ni mucho menos a sectarismos nacionalistas, y esa condición la otorgamos al marxismo y al bolivarianismo, y, más que por fortuna, por respeto a su enorme dimensión social, política y humana, al lado de Bolívar y en torno a sus ideas hay mucho pueblo militando, hay muchos dirigentes, muchos conductores, en torno a sus propósitos de unión, a su ideario de libertad, y ningún Paulo Guedes puede contra eso.
Fuente: Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en Brasil
3 comentários:
Está claro, o senhor Paulo Guedes "cumpre seu doloroso dever" de colocar seu intelecto a serviço do conservadorismo e da política defendida pelo jornal O Globo. Fez muito bem a Embaixada Venezuelana dar uma resposta ao seu tendencioso artigo.
Armando Barreto - Macaé-RJ
A questão é que o texto da Embaixada Bolivariana da Republica da Venezuela não respondeu claramente a nenhum dos aspectos apontados por Marx e recuperados por Guedes.
O palavrório da Embaixada de Chávez deixa claro, sobretudo, que o texto é real, só mudam as "visões" sobre os eventos.
Uma típica atitude revisionista sessentista.
Então vc quer que esse texto sirva para criticar Chávez, sem mediação nenhuma? Isso é trair Marx.
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